Golondrinas: una migración obligada

Cada año, entre 8.000 y 12.000 trabajadores migrantes, conocidos como golondrinas, arriban a la Patagonia norte para la cosecha de la fruta.
Son trabajadores estacionales que se desplazan por temporadas en el territorio nacional para hacer actividades agrarias en general.
A pesar de los mitos y prejuicios que circulan socialmente avalando la idea de que “vienen a quitarle el trabajo a la mano de obra local”, este es un proceso histórico que se da desde la propia conformación del Alto Valle, como consecuencia de la estacionalidad del trabajo y la falta de trabajadores para realizar este tipo de actividades en la región. Incluso, al contrario de lo que se dice, el porcetanje de trabajadores provenientes de Chile es insignificante.
Una investigación realizada por el Grupo de Estudios Sociales Agrarios (GESA) de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) reveló que a los trabajadores golondrinas no les interesa arraigarse en la zona y que si tuvieran trabajo en sus lugares de origen, se quedarían allá.
El GESA está coordinado por la Dra. Mónica Bendini, especialista en temas rurales, agrarios y agroindustriales, y un equipo interdisciplinario de sociólogos, geógrafos, asistentes sociales, historiadores, ingenieros agrónomos y economistas.
Conversamos con las docentes investigadoras Martha Radonich y Norma Steimbreger, quienes nos explicaron en detalle cómo es la actividad de los golondrinas en la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.

¿Cuál es el recorrido de estos trabajadores y qué desplazamiento realizan?
Hemos detectado que realizan una especie de circuito y luego regresan a sus lugares de origen. Por ejemplo, en el caso de los trabajadores que provienen del noroeste de Tucumán, entre mayo y octubre realizan la zafra azucarera y la cosecha del limón, y de diciembre a febrero complementan con la cosecha frutícola en el Alto Valle. Se desplazan directamente desde las áreas de origen hacia las áreas de destino y luego de un promedio de tres meses, regresan a sus áreas de pertenencia social. En el caso de los tucumanos, incluso sufren el clima frío además del desarraigo, la familia y los amigos.

¿Qué representa la migración para los trabajadores y los empresarios?
Los migrantes no migran porque quieren. Integran el movimiento temporario como parte de su estrategia de sobreviviencia, porque en sus áreas de origen también trabajan temporariamente y el resto del año tienen que buscar otro tipo de ingresos. Entonces buscan aquellos lugares donde también les ofrecen una posibilidad de trabajo temporario.
Incluso, hay una estrategia empresarial para atraer estos trabajadores porque la mano de obra de aquí no alcanza. Los empresarios ofrecen un salario diferencial a los golondrinas y la realidad es que la cosecha no se levanta si estos trabajadores no vienen.

¿Qué cantidad de trabajadores migrantes hay y cuál es el porcentaje de arraigo?
Es imposible contabilizar la cantidad de golondrinas que arriban a la zona, pero la cifra rondaría entre los 8 mil y 12 mil migrantes por año.
En general, plantean que no desean quedarse a vivir en la zona e incluso si tuvieran trabajo en sus lugares de origen no emigrarían. Lo hacen por una necesidad de trabajo y, en algunos casos, también por el cobro de las asignaciones familiares y los beneficios por escolaridad, que no perciben en sus lugares de origen. Pero la diferencia salarial ya casi ni existe con respecto a sus lugares de origen.

¿Cuál es el origen de estos trabajadores golondrinas?
Desde el problema entre Argentina y Chile por el canal de Beagle, en el año 1978, prácticamente no vienen trabajadores de Chile a la región y comienza a fortalecerse el flujo de trabajadores provenientes del norte de nuestro país.
Estos trabajadores comenzaron a venir en la década del ´60, pero llegaban hasta la zona de Villa Regina. Cuando se corta la oferta de mano de obra proveniente de Chile, los empresarios se van al norte del país, principalmente Tucumán, y fortalecen este flujo que estaba tibiamente iniciado.

¿En qué condiciones habitan estos trabajadores durante su estadía en la zona?
Históricamente, las condiciones son muy precarias porque hay una marcada invisibilidad de estos trabajadores, lo que implica que estén sometidos a estas situaciones de precariedad.
Aunque hay que destacar que existe una marcada diferencia entre las provincias de Río Negro y Neuquén en cuanto a la preocupación de cada gobierno por controlar esas condiciones de habitabilidad. La provincia de Río Negro esta realizando inspecciones frecuentes, buscando mejorar las condiciones de vivienda y reducir el trabajo en negro.
Se ha podido constatar a través de distintos testimonios y trabajos de campo, que en algunos casos, los trabajadores migrantes son alojados en contenedores adaptados a viviendas improvisadas.

El sindicato que los nuclea, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), calcula que el 20% de los trabajadores cobran en negro. En otros casos, cobran la mitad del sueldo en blanco y la otra mitad en negro. También están las formas de pagos llamadas “no salariales” que consisten en el pago con tickets.
En muchos casos, las empresas les ponen límites de bins para limitar sus salarios.
Dentro de la división del trabajo en la actividad agrícola, el trabajador cosechero es el que se encuentra en condiciones de mayor precariedad. Sin embargo, cada vez se les exige mayor preparación y capacitación para realizar el trabajo, lo que no se traduce en un aumento de salarios.

Contacto
GESA, FADECS
Buenos Aires 1400
(8300) ciudad de Neuquén
Tel: 0299- 4490300 Int. 272
Director: Dra. Mónica Bendini
gera@uncoma.edu.ar

2 comentarios:

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